Un minuto de Isabel II

La primogénita de Fernando VII y de María Cristina de Borbón Dos Sicilias nació el 10 de octubre de 1830. Cuando la reina contaba solo 3 años, tras la muerte del “Rey Felón”, estalló en España una guerra civil entre los partidarios de Carlos María de Isidro, hermano de Fernando, y los isabelinos.

La causa fue que los conocidos como carlistas no reconocieron a la reina como legítima ni la derogación que hizo el rey Fernando de la Ley Sálica (según la cual las mujeres no podían reinar). Durante su minoría de edad actuaron como regentes del Reino, primero su madre y después el general Espartero -que acabó con la Primera Guerra Carlista con victoria para el bando isabelino-.

Durante los años de regencia se sucedieron un Estatuto Real, un motín, una Constitución, dos Desamortizaciones, un exilio -el de María Cristina- y un Pronunciamiento (¡todo en menos de 10 años!). Tras la formación de un gobierno provisional, las Cortes declararon la mayoría de edad de Isabel en 1843, que por aquel entonces contaba tan solo con 13 años.

Isabel II con su hija Isabel – Franz Xaver Winterhalter (Palacio Real de Madrid).

La primera parte de su reinado, conocida como “Década Moderada” estuvo marcada por una nueva Constitución en 1845. En 1854, un pronunciamiento militar conocido como la “Vicalvarada” puso fin a la moderación y dio paso al “Bienio Progresista”, en el que se produjo la Desamortización de Madoz (1855) y se redactó una nueva Constitución (1865), que no llegó a entrar en vigor.

Durante la última parte de su reinado la política exterior cobró gran importancia, con una expedición a Indochina y una intervención en México (ambos acompañando a Francia) y una nueva intervención en Marruecos, tras la que España anexionó el Sidi Ifni.

Los problemas sociales, económicos y políticos, tales como el patrón en la inversión extranjera y las construcciones ferroviarias y la pérdida de capacidad adquisitiva llevó a un descontento político generalizado, como la revuelta de la Noche de San Daniel o la sublevación del cuartel de San Gil.

En este contexto de descontento, en 1866 se firmó el Pacto de Ostende, un compromiso de derrocamiento de la reina Isabel que culminó en la Revolución de 1868, conocida como “La Gloriosa”. Tras el golpe de Serrano, Prim y Topete, que obtuvo su victoria definitiva en la Batalla del puente de Alcolea, la reina se exilió a Francia, de donde nunca regresaría.