El Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, en Italia, alberga las principales piezas y obras de arte descubiertos en las ruinas de Pompeya y Herculano. El museo fue creado a finales del siglo XVIII bajo la promoción de los Borbones, soberanos del reino de Nápoles, para albergar las colecciones privadas de la familia y los objetos desenterrados de las ciudades sepultadas por la erupción del Vesubio. Fue precisamente el rey Carlos, que posteriormente accedería al trono español como Carlos III, quien ordenó el comienzo de las labores de excavación.
En el museo se encuentran obras como el mosaico de la batalla de Issos, el fresco de Safo o una copia romana del Doríforo de Policleto, pero también una curiosa colección que se guarda en el Gabinete Secreto. En éste se conservaron las piezas de tipo pornográfico y erótico que se fueron encontrando según las excavaciones avanzaron: amuletos y lámparas con formas fálicas, frescos del dios Príapo, imágenes representando actos sexuales e incluso una escultura de Pan copulando con una cabra.

La sexualidad en la antigua Roma era vista de un modo distinto al que tenemos nosotros. Tras el aparentemente austero y puritano ideal romano, promovido por Catón el Viejo o el emperador Augusto, existía un mundo imbuido de los placeres y el sexo. Esto se veía reflejado en los mitos fundacionales, la religión y el día a día: la lupa o prostituta que halló a Rómulo y Remo, las aventuras extramaritales de Júpiter, el voto de virginidad de las vestales, la consideración del falo como un símbolo de fertilidad y vigor…

La severa moralidad de comienzos del siglo XIX llevó a que estos hallazgos “obscenos” fueran censurados y apartados de las otras colecciones, pudiéndose acceder a la habitación secreta únicamente con la concesión de una autorización especial. Las mujeres estaban vetadas de poder obtener este permiso. En el lapso de un siglo la censura para visitar il Gabinetto Segreto fue rebajada o restringida en función del signo político de las autoridades del momento, pero siempre se mantuvo la condición de tener una autorización. La sala fue abierta definitivamente al público en el año 2000 y se suprimió la censura para su visita. La única limitación que existe en la actualidad es que los menores de 14 años deben entrar acompañados por una persona adulta.