Un minuto de Heinrich Schliemann

Heinrich Schliemann nació el 6 de enero de  1822 en Nuebukow, Alemania, en el seno de una humilde familia prusiana. Trabajando en un almacén en Fürstenberg descubrió a uno de los personajes más increíbles de la historia, Homero. Tras quedar fascinado con la Ilíada, se convenció de que Troya existía (cosa que se creía imposible en la época) y decidió ir en su busca.

En primer lugar necesitaba dinero, cosa de la que carecía desde que nació. Tras varias peripecias y habiendo aprendido más de 20 idiomas, el destino lo llevó a comerciar con índigo. Tras un incendio provocado por la Guerra de Crimea, toda la producción de índigo quedo destruida, a excepción de la de Schliemann. Gracias a ello, a finales de 1863 Schliemann poseía una fortuna que jamás habría imaginado. 

Tan solo interpretando la Ilíada y en compañía de su mujer, Sofía, llegó hasta Turquía. En la colina de Hissarlik comenzó a excavar, descubriendo algo totalmente impensable. Encontró nueve ciudades de Troya, una encima de otra. Reunió un tesoro inmenso que donó al gobierno prusiano (que en 1945 fue expoliado por las tropas soviéticas, razón por la que hoy está en Moscú).

Tras Troya, excavó Micenas, tierra de Agamenón, y Tirinto. Fue así como un joven humilde y soñador se convirtió en el millonario que descubrió la tierra donde murieron héroes de la talla de Héctor y Aquiles.

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